“Lavar la ropita de mi bebé antes de que naciera fue todo un ritual. Cada prenda que colgaba o planchaba me hacía pensar en él, en cómo sería, en cuánto lo iba a cuidar y a querer. Fue una manera de sentirlo más real y de hacerle un lugar en la casa. Es un recuerdo hermoso de los días previos al parto".
¿Ya lavaron su ropita?
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Si nos encanta la idea de ponerle un nombre original a nuestro bebé, lo mejor es anticiparnos a lo que puede llegar a suceder: - Cuando no se escribe como se pronuncia Hay algunos nombres “raros”, o no tan raros, que se escriben de una manera y se pronuncian de otra, dependiendo el idioma o el país donde se los utilice. Como por ejemplo, Joel , Joan , , Brian , Giuliana ,etc. En estos casos, tenemos que estar preparadas para deletrearlo una y otra vez desde que nuestro bebé nace, incluso, a los familiares más cercanos. En un futuro, le tocará a nuestro hijo deletrearlo cuando se presente en la escuela, ante desconocidos, explicarlo en las redes sociales, etc. - Repetir y repetir Sí, un nombre raro requiere repetición (y oídos sordos a las quejas ). En algún momento nuestros conocidos se acostumbrarán a escucharlo y finalmente lo pronunciarán bien, o no, pero eso ya no está en nuestras manos. - ¿Es un apodo? Lola , Sol , Leo , Vito , ...