A pesar de que los padres solemos soñar con una relación idílica entre hermanos cuando el segundo hijo viene en camino, la realidad muchas veces muestra que esto no es tan color de rosa: el hermano mayor puede hacer comentarios “negativos” hacia el bebé, como por ejemplo preguntar si se puede devolver o pensar que el bebé se queda en el sanatorio, o en algún momento hasta puede pellizcarlo o sacarle el chupete. Y esto es solo el comienzo. Por eso, debemos estar atentos tanto a la seguridad del más chiquito como a las necesidades del más grande:
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