Es emocionante observar cómo el recién nacido encuentra el pecho de su mamá y comienza a alimentarse por primera vez. Es muy importante el contacto piel con piel. Él solito irá recorriendo con su carita hasta ubicar el pezón y se prenderá de él para empezar a alimentarse. La succión produce un flujo importante de ocitocina en la sangre, de esta forma se ayuda al útero para que este se contraiga y expulse a la placenta. Esto, a su vez, reduce el sangrado uterino. El estímulo presente en la succión ayuda a elaborar prolactina, que es la hormona que estimula la producción de leche materna.
El bebé tiene la posibilidad de alimentarse cada vez que tiene hambre, a libre demanda y fuera de horarios preestablecidos. En un principio, los períodos en donde el bebé mama, son muy irregulares, por eso la internación conjunta posibilita la adecuación temprana a los ritmos del recién nacido. Así mamá y bebé se van encontrando con el correr de los días en un único ritmo, el de ambos.
Es muy bueno que los padres y el bebé puedan disfrutar este primer encuentro con intimidad , ya que es una experiencia única que recordarán siempre. Ellos deberán decidir si quieren vivir este momento a solas, sin la interrupción de la familia o los profesionales de la institución.
Dra. Marisa Gandsas