Tanto en el caso de los tatuajes como de los body piercing, no existen contraindicaciones con respecto al embarazo. Sin embargo, siempre es bueno que durante este momento tan especial, se evite todo aquello que no sea muy necesario llevar a cabo.
Los tatuajes y piercing entran dentro del listado de cosas para posponer durante el embarazo, no porque haya estudios que demuestren efectos sobre el bebé, sino porque es recomendable tomar todas las precauciones necesarias para que la espera sea plena y con la menor cantidad de peligros posibles.
En el caso de los piercing, las infecciones y reacciones alérgicas suelen estar a flor de piel luego de su colocación, a pesar de que el accesorio sea de acero quirúrgico. Hay embarazadas que, teniendo un piercing en el ombligo, deciden sacárselo para evitar que les corte la piel o lastime esta zona que se estirará durante la espera.
Con respecto a las agujas, enfermedades infecciosas como Hepatitis B y C, Tétanos, entre otras tantas, están muy vinculadas a ellas ya que una aguja mal lavada o sin esterilizar, puede transmitirlas. En el caso del VIH, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los tatuajes y perforaciones en la piel presentan un posible riesgo de transmisión, pero no se han documentado casos de transmisión del VIH por estas actividades. De todas maneras, es importante asegurarse de que solo se usan agujas, tinta y demás suministros nuevos y de que la persona que realiza el procedimiento tenga la licencia correspondiente.
Si una embarazada quiere realizarse un tatuaje o piercing, a pesar de que no es lo más conveniente o lo más indicado durante esta etapa, lo mejor es que no lo haga sobre la panza, ya que allí la piel está más sensible. Además, siempre, tanto durante el embarazo como fuera de él, hay que tomar los recaudos necesarios:
Tatuajes
- Asegurarse de que el artista en tatuajes esté registrado como tal y siga todas las pautas de seguridad en su local.
- Controlar que el local cuente con equipamiento para esterilizar los materiales que no son descartables.
- Verificar que el local esté limpio y que el artista utilice guantes y esterilice la zona de trabajo.
- Comprobar que tanto las agujas, como los vendajes y las tintas o tinturas sean estériles, desechables y estén sin abrir.
En el caso de querer hacerse un tatuaje durante la lactancia, el cuidado para prevenir enfermedades debe ser extremo porque hay que proteger a la mamá y al lactante. El paso de la tinta a la leche materna dependerá del tamaño del tatuaje y de su cercanía a la mama, de todas maneras, el porcentaje de tinta que suele pasar a la circulación sistémica es mínimo, es decir que es difícil que llegue a la leche.
Los tatuajes previos al embarazo o a la lactancia no tienen incidencia sobre el bebé o la leche materna. De todas maneras en caso de que el tatuaje presente cambios durante el embarazo o posparto como enrojecimiento, ardor, calor, hinchazón o pus, hay que consultar al médico porque puede tratarse de una infección.
Piercings
- Controlar que las perforaciones sean realizadas con materiales esterilizados y por manos expertas para evitar posibles infecciones y daños.
- Verificar que el procedimiento se lleve a cabo con guantes, material desechable y esterilización de instrumentos.
- Comenzar con el procedimiento una vez que la piel a tratar esté higienizada y desinfectada.
- Utilizar aros hipoalergénicos.
- Cuidar durante varios días la zona en la que se realizó la perforación, manteniéndola limpia y desinfectada.
Es conveniente no estar pasando por ningún tipo de enfermedad o proceso infeccioso en el momento de aplicarse un tatuaje o piercing, ya que el sistema inmunológico está debilitado en estos procesos y la aplicación de cualquier elemento extraño representa riesgos.
Por supuesto que en ambos casos, es recomendable consultar con el obstetra y basarse en sus indicaciones para de esta manera tomar los mayores recaudos posibles durante el embarazo.
Asesoró: Lic. Gabriela Trentini, Obstétrica